Traduciendo del capítulo de "Luz, temperatura y viento":
"Mientras que la mayoría de Copiapoas crece por debajo de la línea de niebla donde la luminosidad está disminuida, hay bastantes especies que crecen por encima o tierra adentro lejos de ella, donde los niveles de intensidad lumínica anuales son de los más altos del mundo. [...] En contraste, las Copiapoas que crecen cerca de la orilla están casi en sombra permanente, con intensidades de luz tan bajas como 400 lux a mediodía, mientras que las de cotas más altas reciben luz por encima de los 1200 lux. Incluso cuando las plantas costeras reciben luz solar directa (normalmente por la tarde), el aire es muy brumoso, reduciendo la intensidad de la luz solar hasta en un 20%. C. haseltoniana crece tanto a la orilla del mar como muy por encima de la niebla, pero ninguna de las poblaciones parece tener mejor aspecto que las demás.
La temperatura también fluctúa en el hábitat de las Copiapoas. Las plantas de localidades con niebla cerca del nivel del mar, como en Paposo, tienen pocos días con temperaturas máximas por encima de 20ºC; las plantas que crecen al borde del desierto, como algunas poblaciones de interior de C. cinerascens, tienen pocos días al año en los que la temperatura no llega a los 30º. La temperatura mínima (media) diaria cerca del nivel del mar en la zona donde crece la mayor parte de las especies (cerca de Taltal) es de unos 11ºC, mientras que las que crecen cerca del borde del desierto soportan temperaturas cercanas al punto de congelación en invierno".
Resulta que yo siempre coloqué a mis Copiapoas donde recibieran todo el sol posible, y me extrañó que algunas se quemaran o pasaran mucho tiempo sin crecer, según yo porque les seguía faltando sol.
De hecho mi C. calderana, que creció bien durante unos años en un balcón con sólo dos o tres horas de sol por la mañana, y en sombra el resto, este año que está en otra ubicación con cinco o seis horas de sol empezó a escorarse hacia el lado iluminado y hasta se le ha descortezado un poco el tronco por abajo, sobre todo después de la última semana de agosto, en que hubo dos días de vientos calientes y secos, a más de 40 grados. Otras no se han quemado pero sí llevan desde junio sin sacar espinas, como varios Eriosyces, así que las que puesto a todas en otro lugar con menos sol a ver qué pasa.
Así quedó la calderana, que es de las que crece cerca del mar, donde debería tener ese sombreado natural de niebla que dice el libro:

El caso es que casi siempre vemos fotos muy soleadas de las poblaciones (o tal vez no se distingue ese 20% de disminución de intensidad lumínica, pero a Flo y a Juan Pablo siempre se los ve bien bronceaditos... ¿Será por las caminatas a más altura, donde no hay niebla?) y aunque sabemos que en invierno llega a hacer frío en la costa chilena, tendemos a pensar que después en el verano el calor es muy alto, pero ya veo que no necesariamente.
Así que me gustaría que los compañeros chilenos nos digan si tienen en cuenta estas cosas para el cultivo de estos cactus, o si dan tratamientos diferenciados en función de si las plantas vienen de la costa o de la zona alta. En particular, para las especies que viven en ambos hábitats, el disponer de números de colector con indicación de localidad podría ser muy útil para dar un mejor cuidado a las plantas.
Saludos,
Carles