- Reguladores de Tensión: Sirve para reducir de forma permanente la potencia de nuestros elementos calefactores, evitando de esa forma temperaturas extremas. Es conveniente regular levemente por encima de la potencia requerida en momentos fríos, lo que supone que frecuentemente actuará el calefactor durante periodos relativamente largos. De esa forma se evitan las fuertes fluctuaciones térmicas que produciría un calefactor potente activado durante solo unos segundos.
- El Termostato: Actua como un interruptor que enciende y apaga el elemento calefactor, sea el que sea y permite calibrar la temperatura exacta que queremos dentro de la estufa. No es imprescindible, pero si muy conveniente.
Es recomendable usar uno digital, que resultan muy económicos y precisos.
Lo primero que hay que hacer para instalarlo es seleccionar el lugar idóneo para la sonda térmica. Aunque en principio lo mas obvio es situarlo de forma que mida la temperatura ambiente de la estufa es conveniente tener en cuenta también que este cerca del calefactor, de forma que si la estufa se deja abierta esta no quede conectada indefinidamente, lo que puede destruir las plantas.
Si es necesario se puede prolongar el cable de la sonda térmica simplemente cortando el cable y añadiendo el que sea necesario, siempre respetando la polaridad.
Una variante del termostato es el CronoTermostato, que permite programar una temperatura distinta para cada hora del día, permitiendo por ejemplo una temperatura menor para las horas de oscuridad.
En la imagen se aprecia un modelo económico de cronotermostato, muy utilizado para regular el aire acondicionado.
que es para acabar mi manual