El melón del Dr. Soherens
Publicado: Dom May 15, 2011 3:19 pm
Para celebrar mi post número 100, me visto de gala con mi Lobivia bruchii, uno de esos cactus de aspecto corriente en el que ni te fijas durante el año, pero que te deja boquiabierto y enganchado cuando ves sus flores, rojo sangre, con unos pelos y barbas que ya quisieran para sí los padres de la revolución cubana.
Mi ejemplar es viejo pero no muy grande (suele ocurrir al crecer en un país extraño), aunque ya tiene un hijuelo. Su floración es regular pero sus flores no son autofértiles, así que por el momento me quedo con las ganas de probar a qué sabe su fruto.
Esta especie proviene de Argentina (Tucumán) y leo por ahí que su localidad de origen está limitada a un pequeño valle de altitud entre dos y tres mil metros (molaaa!) , y que su principal amenaza son los pobladores de la región, pues las cortan para dar de forraje a las cabras cuando hay necesidad. Es la lamentable historia de siempre, la eterna cuestión: cómo compaginar desarrollo económico y sostenibilidad medioambiental.
Aprovecho para pedir a algún amigo argentino que pueda estar leyéndonos, algún dato o fotografía complementarios, a poder de su hábitat.
Inspirado en su porte esférico o brevemente columnar (en su hábitat, Lovibia bruchii puede ser tan grande y barrilón como Echinocactus grussonii en México), Backeberg creó un género aparte (Soherensia, dedicado al botánico chileno Johannes Soherens) para estas plantas altiandinas, hoy asimiladas al género Lobivia, dado que lo que manda en taxonomía vegetal es la flor (con permiso de los genetistas).Mi ejemplar es viejo pero no muy grande (suele ocurrir al crecer en un país extraño), aunque ya tiene un hijuelo. Su floración es regular pero sus flores no son autofértiles, así que por el momento me quedo con las ganas de probar a qué sabe su fruto.
Esta especie proviene de Argentina (Tucumán) y leo por ahí que su localidad de origen está limitada a un pequeño valle de altitud entre dos y tres mil metros (molaaa!) , y que su principal amenaza son los pobladores de la región, pues las cortan para dar de forraje a las cabras cuando hay necesidad. Es la lamentable historia de siempre, la eterna cuestión: cómo compaginar desarrollo económico y sostenibilidad medioambiental.
Aprovecho para pedir a algún amigo argentino que pueda estar leyéndonos, algún dato o fotografía complementarios, a poder de su hábitat.