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Don Melocactus Curvispinus y Doña Rhipsalis Oblonga vivían muy felices en su jardín: él asoleándose todo el día sin mayor preocupación que ver a diario su reflejo en las gotas del rocío mañanero para admirar el crecimiento de su incipiente cefalio y la segunda alargándose y meciéndose perezosamente en la rama en el arbol de mango .

Los días transcurrían plácidamente sin otra preocupación que intentar complacer a su dueña que día a día los atormentaba en busca de algún indicio de flor...

Un día, Don Melocactus le dijo a Doña Rhipsalis:

-¡Hey Rhipsy ! ¿no estás cansada de ver siempre las mismas caras a tu alrededor? Helechos, orquídeas, bromelias, rhododendros y todos esos aburridos que aparte del color verde nada tienen en común nosotros ? He oído que hay muchos más como nosotros en otros lugares ...

-¿Sí? preguntó Doña Rhipsalis...
¡Vaya! ¡qué interesante! dijo, e imperturbable siguió meciéndose en brazos de la brisa mañanera ...

-¡Psst,psst ! susurró de nuevo Don Melo ¿de verdad no te tienta la idea de ir a ver caras nuevas?

-Mmmmmh... respondió Doña Rhipsalis ¡claro que me tienta pero es que me da muuucha flojera moverme de aquí!

¡Además, imagínate! Para tí es muy fácil, sólo tienes que dejarte rodar cuesta abajo, en cambio yo ¿cómo hago para moverme de aquí? : mira, tengo mis raíces firmemente adheridas a las ramas: habría que romperlas! ¡podría entrarme algún hongo o alguna bacteria por la herida, hasta podría morir en el intento! ...y encima ¿quién va a cuidar y vigilar a nuestros compañeros en el lluviadero? quién mejor que yo, que estoy en lo alto y tengo vista sobre todos ellos...

-Bahhh! no seas cobarde, " Paris bien vale una misa"...¡vamos, anímate Rhipsy! incluso nos podemos llevar a nuestros hijuelos a cuestas para que ellos también conozcan nuevos horizontes....

¡Bueno! suspiró doña Rhipsalis, ante semejante insistencia ¿quién te puede decir que no, Melo?

Y así, los días siguientes transcurrieron en medio de los preparativos: don Melo fue despegando cuidadosamente y una a una cada raíz de doña Rhipsalis hasta que finalmente llegó el gran día ...

Muy temprano en la mañana emprendieron su camino en medio de la neblina



Les esperaba un largo viaje



Hacia donde se dirigirán? ¿Cuál será su destino?



No se pierda el próximo capítulo ... algún día a cualquier hora ...

O_O

Que bonita historia...........

Ademas que paisajes mas espectaculares.................

Pff como os envidio, americanitos!! jaja

Veras cuando esto se vaya animando.... y vayan viajando mas y mas...

^__^

YAMAL

Jeje,felicita a Ivan por el dibujo,la gorra al Melo le queda genial.

Saludos.

Después de rodar y rodar durante 17 horas sin parar Don Melo y doña Rhipsy llegaron finalmente a la Capital.





Allí se reunieron con sus retoños que estaban esperando ansiosos por conocer ellos también a otros de su misma sangre

Buscaron y preguntaron a diestra y siniestra y tuvieron que rendirse ante la triste evidencia: allí no había nada nuevo ni interesante , ninguna cara que no fuera conocida , todos allí eran primos, tíos o hermanos y habían crecido juntos donde un tal Franciscosgarden...todos eran viejos conocidos , nada nuevo bajo el sol

Doña Rhipsalys comenzaba a sentirse molesta y frustrada a la vez por haber sido desplazada de su rama para nada : sus hojas comenzaron entonces a amarillear y caer ...

Ante la emergencia y después de analizar muy bien la situación , tomaron entonces la decisión de lanzarse a la aventura y abordaron esta nave



Y fueron a dar aquí :



¿Saben dónde están? (Se agradece a unos cuantos cerrar el pico)

No se pierda el próximo capítulo, algún otro día a cualquier hora...

PD. Esta es una novela atípica, estamos intentando romper el molde
Doña Rhipsy no queda ciega ni pierde la memoria y tampoco sale embarazada (Dios la ampare ) y en cuanto a Don Melo no es rico ni hijo de la criada ...


Continuará...

¡¡Bravísimo Doña Rhipsy!! Éste promete ser un relato tan apasionante como el de la Cactucienta, pero vamos... ¡qué siga, qué siga...! /

Un abrazo

Lorette, nos tienes a todos sobre ascuas, yo con que Doña Ripsali salve sus hojas y se le pongan verdes otra vez, me conformo.

Saludos

Je je je es una historia divertidisima estoy deseando que siga Lorette eres una artista.