Maravilha do Brazil
Publicado: Lun Nov 22, 2010 5:40 pm
Hace cosa de un año no pude resistir la tentación de llevarme a casa una planta que ví en una floristería. Qué otra cosa podía hacer: me guiñó el ojo y no pude resistirme! Era un cactus de navidad (Schlumbergera truncata). En realidad es un/a viejo/a cononcido/a, pero esta vez repleto/a de flores colgantes de un delicado color rosado, color menos frecuente de lo habitual en esta especie. Siempre he mirado estas plantas con cierta indiferencia, pese a que me gustan y pese a mi condición de cactófilo irredento. Tras varias semanas otoñal-invernales dentro de casa luciendo sus inagotables flores, finalmente parece que tras regalarnos la última se quedó exhausta, y fue entonces cuando la saqué al exterior, a un rincón olvidado de la terraza, dudando incluso de si tirarla o no a la basura. (Sí!! Confieso que pequé
!!).
Hasta que este pasado mes de septiembre me fijé en que la criatura apuntaba pequeños capullos en los artejos nuevos del pasado verano, y mi indiferencia se transformó poco a poco en creciente interés. Y así han ido engordando sus flores, hasta que hace unos 25 días se abrió la primera. Qué gozada! Porque las del año pasado no eran “mías”, pero esta sí lo era, como todas las que han abierto después (ved la foto, hecha hace un ratito.)
He metido la planta dentro de casa porque donde estaba había demasiado sol y se estaba poniendo roja como un tomate (igual que nosotros cuando tomamos el sol en verano sin protección solar). Olvidé que es un cactus de selva.
A partir de ahora me declaro encendido admirador de esta popular especie y ya tengo otro motivo añadido para admirar a Brasil, país que además de su samba, sus bailes y música, además del fútbol y de su increíble naturaleza, es la patria de esta preciosidad. Entre otras muchas, claro.
Hasta que este pasado mes de septiembre me fijé en que la criatura apuntaba pequeños capullos en los artejos nuevos del pasado verano, y mi indiferencia se transformó poco a poco en creciente interés. Y así han ido engordando sus flores, hasta que hace unos 25 días se abrió la primera. Qué gozada! Porque las del año pasado no eran “mías”, pero esta sí lo era, como todas las que han abierto después (ved la foto, hecha hace un ratito.)
He metido la planta dentro de casa porque donde estaba había demasiado sol y se estaba poniendo roja como un tomate (igual que nosotros cuando tomamos el sol en verano sin protección solar). Olvidé que es un cactus de selva.
A partir de ahora me declaro encendido admirador de esta popular especie y ya tengo otro motivo añadido para admirar a Brasil, país que además de su samba, sus bailes y música, además del fútbol y de su increíble naturaleza, es la patria de esta preciosidad. Entre otras muchas, claro.