

Y como no solo de cactus vive el hombre, nos fuimos primero a una marisquería donde José María hizo los honores y nos invitó a vinitos y gambitas y otras delicias, hasta el punto de que no hay ninguna foto de ese sitio, estábamos demasiado ocupados pelando y comiendo bichitos.
Luego fuimos a comer el típico choco frito que estaba riquísimo, y así nos quedamos despues del papeo.

En primer plano la excelente anfitriona con su habitual sonrisa.
Luego nos fuimos a ver las Tres Carabelas, pero estaba cerrado y tuvimos que verlas de lejos.

Por cierto que hizo más frío del normal, menos mal que con los vinitos...
Mañana pondré algunas más
Saludos