Una de mis plantas preferidas es mi magnífico ejemplar de Stenocereus eruca. No solo por que tiene una magia especial, además este ejemplar me lo regaló mi amigo Julio y eso le añade para mi gran valor.

el caso es que cuando me lo regaló era un pequeño brote y la forma más adecuada de plantarlo era en una maceta normal. Es típico de los rastreros cuando son cortitos.
Con el tiempo empezó a crecer y crecer quedando tumbado sobre otras muchas plantas en una posición más o menos incómoda.
Tenía yo pendiente buscarle una bandeja adecuada para tan estupenda planta, pero resulta difícil encontrar una bandeja de una longitud adecuada y una resistencia y durabilidad también suficiente para no romperla al transportarla ni que se estropee en un año o dos.
Se me ocurrió esto:
Ahuecar un rasillón, lo que me proporciona una bandeja resistente, de unos 5 Cm de profundidad, muy transpirable y resistente. Los hay hasta de 2 metros y no se degradan con el tiempo. Hasta esta parte marchaba todo estupendo.
Mientras iba al fondo del invernadero me preguntaba cómo adaptar una planta con un primero tramo casi a 60º de inclinación con el resto de la planta. En eso estaba cuando cogí la planta de la mesa sin percatarme de que ya tenía algunas raíces clavadas en las macetas de los lados con el resultado de romper la planta a ras de la tierra.

En resumen, ahora tengo dos ejemplares estupendos y el más larguito tiene la bandeja que se merece y un largo futuro de crecimiento por delante antes de necesitar una bandeja más larguita.
Hasta luego.