Es cierto y para ser más exactos es la humedad la que desencadena el acontecimiento.
En desiertos del sur de África, en Namibia por ejemplo, pueden pasar largos períodos (años) prácticamente sin una gota de agua, manteniéndose con la humedad que les brindan las neblinas y rocíos nocturnos por el brusco cambio de temperaturas que se da entre el día y la noche.
Cuando por fin un día llega la ansiada tormenta, las cápsulas se abren con las primeras gotas de lluvia para que las semillas aprovechen la dispersión al ser arrastradas por el agua y las condiciones de relativa humedad de los días siguientes para germinar.
Una historia más de supervivencia.
Bonitas fotos Nelo.
Dr. Euphorbia Hórrida
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