
Como les contaba en el capítulo anterior, aunque fuera en calidad de infiltrados


Desde nuestra llegada a Mexico, escuchábamos por todos los medios de comunicación

Nosotros, habitantes del trópico para nada acostumbrados a estos cambios de horario



Pero en vez de hacerlo hacia adelante lo hizo ¡¡¡HACIA ATRÁS!!!

Era "temprano", así que con toda calma

Estando ya en el estacionamiento a punto de entrar en el carro levanto la mirada hacia una especie de torre con reloj que había ahí y

que no eran las 12 del medio día como decía nuestro reloj, sino la una...

¡y había que estar a más tardar a las 2:20 en el aeropuerto!

Lo que siguió fue, (literalmente hablando), una carrera contra reloj

¡Jamás había hecho una maleta ni me había bañado a tal velocidad!

Afortunadamente no hubo contratiempos posteriores y logramos llegar a tiempo


El vuelo fue rápido y llegamos al aeropuerto de Ciudad de Mexico a la hora prevista : allá nos estaba esperando nuestro querido amigo George (a) "el Cuate" con Erika a quienes al igual que a Felipe (cactologo) conocimos hace ya 4 años, primero a través de un foro y luego personalmente en nuestro primer viaje a Mexico en el 2005.


Nos quedamos esa noche en su departamento
y tuvimos la suerte de compartir con ellos un delicioso "mole poblano".

Nótese la cantidad enorme de comida que tiene mi plato


Luego tuvimos que pasar por la vergüenza de dormir en la cama de ellos


mientras ellos dormían en el piso en la sala


¿Pero quién puede discutir con un par de cuates tan testarudos como hospitalarios?

Ya era muy de noche y no pudimos ver mucho cactus así que lo dejamos para el regreso..
Al día siguiente tomamos tempranito un autobús para irnos hasta Cuernavaca donde nos esperaba Felipe.

Allá se nos trató como reyes


A Ivan le tocó dormir entre unas muy masculinas sábanas de Barbie...


Además Felipe nos preparó todos esos días los más exquisitos y variados platillos de la gastronomía mexicana


Tuvimos la oportunidad de conocer a Victor, un amigo de Felipe, que vive en Taxco y también es un cactófilo empedernido


En resumen nos hizo comer como cochinos



Se nota que no le gustan los cactus: como pueden ver están por todas partes, en las paredes, en la vajilla etc.

Después haber estado por un buen tiempo separado de su grandísima





En la azotea se ha construído un pequeño invernadero que ya está abarrotado de plantas



y como ya no le caben también las tiene esparcidas por encima del techo de la edificación



No me subía en el techo de una casa desde niña



Acostada es más seguro



Pero como una imagen vale más que mil palabras mejor les muestro ya las fotos para que juzguen por ustedes mismos.


























¡Diossss qué torturaaaa!: ¡las quiero tooooodas!


Próximo capítulo:
Saqueo al vivero de Yautepec y paseo por Cuernavaca y sus alrededores

Saludos
