Mi madre dice que no le gustan los cactus porque pinchan y porque sus flores duran poco. Y yo le explico que por eso precisamente, los cacto-aficionados (no diré ‘cactófilos’ en honor a Berlanga) cultivamos centenares de ellos, así siempre hay flores que admirar en la colección.
Uno de mis cactus favoritos es el inexpugnable Thelocactus macdowelii (antes Echinomastus macdowelii, con permiso de don Carlos Glass). Este ejemplar es añoso. Hace un lustro me perdió las raíces, pero logré salvarlo, y ahora le quiero más que antes, como a un hijo pródigo. Pero tiene razón mi madre: sus flores duran poco y además son exclusivamente primaverales! Afortunadamente siempre anda por ahí algún florífero Telocactus bicolor, para compensarnos y recordarnos cómo eran sus flores.
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