A propósito del correo de Amel sobre su
grusonii un poco quemadito por el sol. Os cuento mi experiencia. Ayer, después de 35 años, he logrado que me florezca por primera vez un
grusonii que compré hace años en una floristería, del tamaño de una pelota de ping pong. Al cabo de tanto tiempo ha sido una única flor (ved la foto) pero para mí todo un acontecimiento.
![Echinocactus grusonii 300610 010 [50%].jpg](./download/file.php?id=3880)
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Esta planta casi siempre creció bajo cristal y con pocas horas de sol, con lo que su espinosidad no es la habitual (poderosa, espesa) que aparece en las plantas que vegetan a pleno sol. Hace 20 años (lo que dice el tango al respecto es mentira!) intenté rectificar: la puse en lugar soleado (no de golpe!) … y empezó su epidermis a arrugarse y a parecerse a cierta vicepresidenta (si fuera hombre lo diría igual). Tuve que reinstalarla en su sitio de siempre, se curaron sus heridas, y colorín colorado, este cuento no se ha acabado. Este verano por vez primera, me ha ofrecido la dorada maravilla de la foto. Creía que no lo vería nunca en mi bola, y ahora incluso albergo la esperanza de que esto sólo sea un primer anuncio, y que el año que viene o el otro empiece a salirle algo parecido a una corona de flores.
Moraleja: no desfallezcas, Amel. Y no olvides que los cactus son amelicanos

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